LA FOTO PERFECTA PARA LA HISTORIA DE YEHUDI
Las fugas, las huídas, los compañeros!!!...Todos solíamos hacerlo para asistir a los ensayos de los innumerables solistas que nos visitaban. En épocas éramos tantos estudiantes del Alma Mater que unidos a más estudiantes de artes de la ciudad de Moscú representábamos un ejército a la entrada de la Gran Sala del Conservatorio mientras las “abuelitas” las bábushkas encargadas de revisar los pases al concierto se halaban la caballera sin atinar formas de impedir nuestro ingreso sin boleto.
A menudo se formaban bandadas de estudiantes. Corríamos por los gigantescos escalones. Las “abuelitas, las bábushkas” atrapaban a uno entre decenas de infractores y así burlábamos las seguridades para ingresar a estos importantes conciertos. Generalmente los boletos se agotaban a pocas horas de salir a la venta, o madrugabas a las cinco de la mañana para formar parte de una inmensa fila que por no decirlo, la mayoría de los festivales más dinámicos recaían en temporada de invierno cuando las temperaturas fluctuaban entre -5 y -20 grados de la escala de Celsio. Qué podíamos hacer, sino lograrlo: la unión hace la fuerza!. Meses antes, y cuando estos boletos se vendían nadie te aseguraba que a pesar de las largas filas pudiéses tener la suerte de hallar una localidad disponible.
Así vivía el Moscú de los años 80` y el de inicios de los 90`...
A menudo se formaban bandadas de estudiantes. Corríamos por los gigantescos escalones. Las “abuelitas, las bábushkas” atrapaban a uno entre decenas de infractores y así burlábamos las seguridades para ingresar a estos importantes conciertos. Generalmente los boletos se agotaban a pocas horas de salir a la venta, o madrugabas a las cinco de la mañana para formar parte de una inmensa fila que por no decirlo, la mayoría de los festivales más dinámicos recaían en temporada de invierno cuando las temperaturas fluctuaban entre -5 y -20 grados de la escala de Celsio. Qué podíamos hacer, sino lograrlo: la unión hace la fuerza!. Meses antes, y cuando estos boletos se vendían nadie te aseguraba que a pesar de las largas filas pudiéses tener la suerte de hallar una localidad disponible.
Así vivía el Moscú de los años 80` y el de inicios de los 90`...